El jueves 24 de mayo de 1810
El jueves
24 de mayo de 1810, se confirma que el Cabildo había designado una junta de
gobierno presidida por el virrey Cisneros, quien había sido destituido de su
cargo, burlando la voluntad popular. Esto generó la furia de milicias y pueblo,
que se presentaron esa misma noche en casa del soberano y unidos lograron su
renuncia. La Junta quedó disuelta y se convocó nuevamente al Cabildo para la
mañana siguiente.
Manuel
Belgrano, por ese entonces había perdido la paciencia luego de conocerse que
Cisneros había desacatado la decisión del pueblo de alejarse del mando del
Virreinato del Río de la Plata, por lo que juró a la patria y a sus compañeros,
que si a las tres de la tarde del ese día el virrey no hubiese renunciado, a fe
de caballero, lo derribaría con sus propias armas
.
Esta
noticia provoca la furia del pueblo y milicias que se hicieron presente en la
casa del español con palos y antorchas, para solicitar que dé un paso al
costado logrando conseguir de forma verbal la dimisión de Cisneros.
La Junta
que era conformada por el virrey y cuatro vocales: los españoles Juan
Nepomuceno Solá y José de los Santos Inchaurregui y los criollos Juan José
Castelli y Cornelio Saavedra quedó disuelta y se convocó nuevamente al Cabildo
para la mañana siguiente.
Así recuerda Cisneros sus últimas horas en el
poder: "En aquella misma noche, al celebrarse la primera sesión o acta del
Gobierno, se me informó por alguno de los vocales que alguna parte del pueblo
no estaba satisfecho con que yo obtuviese el mando de las armas, que pedía mi
absoluta separación y que todavía permanecía en el peligro de conmoción, como
que en el cuartel de Patricios gritaban descaradamente algunos oficiales y
paisanos, y esto era lo que llamaban pueblo, (..). Yo no consentí que el
gobierno de las armas se entregase como se solicitaba al teniente coronel de
Milicias Urbanas Don Cornelio de Saavedra, arrebatándose de las manos de un
general que en todo tiempo las habría conservado y defendido con honor y quien
V.M las había confiado como a su virrey y capitán general de estas provincias,
y antes de condescender con semejante pretensión, convine con todos los vocales
en renunciar los empleos y que el cabildo proveyese de gobierno
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