31 DE JULIO. DÍA DE LA SIDERURGIA NACIONAL GENERAL MANUEL NICOLÁS ARÍSTOBULO SAVIO.
Fue sin duda alguna el padre de la siderurgia argentina. No es que no
existieran propuestas en torno a la industria del acero en el país antes de su
aparición. En efecto, el general Manuel Nicolás Aristóbulo Savio reconoció a
sus mentores. Pero fue él quien impulsó más que ningún otro el proyecto de
creación del Plan Siderúrgico Argentino, a fines de la década de 1940.
Heredero de fray Luis Beltrán y continuador de las tesis industrialistas
del general Enrique Mosconi, impulsó Savio la creación de la Escuela Superior
Técnica, abierta a los oficiales de las armas, pudiendo egresar los primeros
ingenieros exclusivamente militares en 1934.
Pocos años más tarde, Savio asumió la conducción de Fábricas Militares,
y logró crear en 1941 la Dirección General de Fabricaciones Militares y
consiguiendo el permiso para iniciar exploraciones de cobre, hierro, plomo,
estaño, manganeso, wolframio, aluminio y berilio, además de largar un programa
de prospección geológica en la Antártida. Su idea era clara: “La industria siderúrgica
es fundamental, es primordial, la necesitamos como hemos necesitado nuestra
libertad política”, solía argumentar.
En 1946 consiguió quizás su mayor logro: presentar un proyecto de ley
que, un año más tarde, fue aceptado, aprobándose la creación de SOMISA
(Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina), privatizada a manos de Techint en la
década menemista, y que entonces instaló sus altos hornos en San Nicolás. La
ley aprobada, número 12.987, que creó el Plan Siderúrgico Nacional, llevó el
nombre de este general desarrollista, que falleció a los 56 años, el 31 de
julio de 1948, fecha hoy considerada como el “Día de la Siderurgia”.
Fuente: Manuel Savio, “Nota de elevación del Plan Siderúrgico Argentino
al Congreso”, en Obras Completas, Buenos Aires, Ed. Somisa, 1973.
“Entendemos que la industrialización del país es imprescindible e
impostergable como factor de equilibrio económico social (…) Entendemos también
(…) que la industria comúnmente llamada ‘pesada’ es primordial para desarrollar
la de carácter manufacturero (…) y que, por lo tanto, si el país renuncia a
contar con ella perderá la oportunidad de ocupar… en el concierto universal el
nivel que le corresponde por su potencial moral y material, pues dependerá en
forma excesiva de la buena voluntad extraña a sus propios y vitales intereses.”
Manuel Savio
XVI LMGB - CIII CMN - XXX EGNA - XLVI EDENA
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